Por qué regresar a la oficina después de una pandemia puede perjudicar la productividad: ideas de un experto en negocios

Por qué regresar a la oficina después de una pandemia puede perjudicar la productividad: ideas de un experto en negocios

Especialmente en las empresas más grandes, se ha vuelto a exigir a los trabajadores que trabajen desde la oficina tras la pandemia de COVID-19. Mark Ma, profesor asociado de administración de empresas en la Escuela de Graduados en Negocios Joseph M. Katz de la Universidad de Pittsburgh, y Yuye Ding, un Estudiante de doctorado, he investigado este patrón. Han analizado los efectos sociológicos y económicos del trabajo a distancia, así como la reciente iniciativa de las empresas para que los trabajadores vuelvan a la oficina, lo que con frecuencia irrita a los trabajadores.

Ma sostiene en una entrevista con Heise que, en un En un entorno de trabajo cada vez más digital, hacer que los trabajadores regresen a la oficina simplemente sirve para irritarlos y no contribuye mucho a aumentar la productividad. Sin embargo, admite que cuando se realiza de forma voluntaria y con el apoyo de un equipo, el trabajo en persona puede ser ventajoso y promover una mejor coordinación y trabajo en equipo.

Ma sugiere que a las personas de alto rendimiento que han demostrado su eficacia trabajando desde casa se les debería permitir continuar haciéndolo, en lugar de tener a todos en la oficina. Él piensa que al mantener a personas brillantes que de otro modo buscarían trabajo en otros lugares, esta estrategia beneficiará en última instancia tanto a los empleadores como a los empleados. Ma también sugiere ejercicios regulares de formación de equipos en persona para mantener sólida la cultura de la empresa, lo cual es esencial para la generación eficiente de ideas y la resolución de problemas.

El punto culminante de esta tendencia parece haber pasado, a pesar de que varias empresas exigieron que sus empleados regresaran a la oficina después de la pandemia. Según encuestas realizadas en 2024, la mayoría de los directores ejecutivos ya no valoran mucho estar en la oficina. Las empresas aprendieron que los trabajadores podrían ser bastante productivos trabajando de forma remota durante la pandemia. Pero otros directivos todavía tienen dudas sobre el trabajo a distancia, por lo que abogan por volver a la oficina. La moral de los empleados puede verse afectada como resultado de esta falta de confianza, ya que les transmite a los miembros del personal que sus gerentes no creen en ellos.

A pesar de que el teletrabajo puede reducir los gastos generales y los requisitos de espacio, las grandes empresas están ansiosas por que sus trabajadores regresen, lo que plantea la posibilidad de que el control y el poder estén en juego más que el precio. Ma señala que muchas empresas implementaron políticas de regreso a la oficina en respuesta a las caídas de los precios de las acciones, utilizando convenientemente el trabajo remoto como un útil chivo expiatorio en caso de un desempeño deficiente.

A pesar de que todavía hay una gran demanda de trabajo remoto (muchos espacios de oficina en las principales ciudades como Nueva York, San Francisco y Alemania están vacíos), los gerentes siguen manteniendo la opinión de que tener trabajadores en persona mejorará la cooperación y la cultura empresarial. Pero en lugar de trabajar junto con sus compañeros de trabajo, muchos trabajadores que han regresado a la oficina dicen que pasan la mayor parte del tiempo trabajando solos en sus computadoras. La ineficacia de tales mandatos se pone en duda por la falta de una distinción discernible entre trabajo en oficina y trabajo remoto, así como por la frustración que experimentan los empleados cuando se ven obligados a regresar.

Los trabajadores están acostumbrados al aumento de la productividad y a los beneficios del equilibrio entre la vida personal y laboral que conlleva el trabajo remoto, como la capacidad de integrar mejor la vida laboral y familiar y evitar largos desplazamientos. La insatisfacción se debe a que estos acuerdos se ven interrumpidos por el regreso forzoso a la oficina. Además, existe la percepción de que faltar al trabajo podría impedir el crecimiento profesional.

Al final, Ma cree que si los trabajadores se ven obligados a regresar al lugar de trabajo de forma permanente, muchos de ellos empezarían a buscar otras profesiones, y los que se quedan podrían estar menos motivados. Las oficinas en casa siguen siendo comunes porque proporcionan un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal y menores tasas de agotamiento, a pesar de sus inconvenientes. No existe una diferencia de productividad perceptible entre trabajar de forma remota y en una oficina, y trabajar desde casa puede ser tan alienante como las distracciones de las oficinas de planta abierta donde los empleados frecuentemente usan auriculares para concentrarse. Ma aconseja que los equipos elijan cuántos días quieren trabajar en la oficina y dejen el resto del tiempo flexible para que los empleados puedan elegir su entorno de trabajo preferido, aunque los contactos humanos pueden ser beneficiosos para las empresas.

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